La ansiedad ante los exámenes

LA ANSIEDAD A LOS EXÁMENES.

La ansiedad ante los exámenes constituye un grave problema no sólo por el elevado porcentaje de opositores que la padecen, sino también porque puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de algunos trastornos (ansiedad, alimentación, consumo de sustancias, problemas en el entorno familiar, etc.). Un alto número de alumnos que sufren bajo rendimiento académico, no tienen problemas relacionados con el aprendizaje o con su capacidad intelectual, sino con los niveles extremos de ansiedad que presentan ante los exámenes.

En este post se describen, los procesos cognitivos implicados en la ansiedad a los exámenes y su relación con el rendimiento, explicando los procesos cognitivos que pueden generar ansiedad (valoración y afrontamiento, atribuciones, expectativas, creencias irracionales, pensamientos automáticos, autoinstrucciones, autoeficacia percibida, etc.),  los procesos cognitivos que pueden verse alterados por dicha ansiedad (atención, memoria, concentración, percepción, pensamiento, evaluación de estímulos, toma de decisiones, etc.) y la sintomatología que suelen presentar los estudiantes con este problema (pensamientos, sentimientos y conductas).

INTRODUCCIÓN.

La ansiedad es una emoción natural que nos pone en alerta ante la posibilidad de obtener un resultado negativo o ante un peligro. Esta reacción de ansiedad en principio es buena, puesto que nos ayuda a prepararnos, a desplegar los recursos, la energía suficiente para actuar, para obtener un resultado positivo, como por ejemplo aprobar un examen. Sin embargo, el temor a la reacción de ansiedad (a los síntomas que producen malestar psicológico) lleva a algunas personas a evitar las situaciones ante las que previamente ha surgido dicha reacción. Así, por ejemplo, algunas personas evitan estudiar, no presentándose a los exámenes de una oposición.

Evitando las situaciones temidas, se consigue que no surja la ansiedad; pero esta evitación hace que aumente el temor y la inseguridad ante las mismas, de manera que cuando no podamos evitarlas, cuando tengamos que volver a enfrentarnos a ellas, surgirán reacciones de ansiedad más fuertes. De esta manera habremos desarrollado una fobia a tales situaciones.

Los efectos que la ansiedad tiene sobre el rendimiento son bastante claros y se producen fundamentalmente ante determinadas condiciones:

  1. Cuando las instrucciones son amenazantes (p.e. de este examen depende tu futuro, si suspendes tendrás que dejar el Ejército…).
  2. Cuando hay presión de tiempo, sobre todo, cuando el tiempo para su realización es corto.
  3. Cuando la tarea es compleja, extensa y requiere de un alto nivel de concentración y esfuerzo.

Ante estas condiciones el estudiante ansioso presentará una reducción considerable de su rendimiento.

ESTRÉS Y ACTIVIDAD MENTAL

La ansiedad actúa sobre nuestros procesos cognitivos. El efecto puede ser positivo o negativo, dependiendo de la cantidad de estrés. En una primera etapa (con niveles moderados) produce una mejora del rendimiento:

– La preocupación inicial nos pone en marcha.

– La ansiedad está estrechamente relacionada con la atención, inicialmente la ansiedad nos alerta.

– Tenemos más capacidad para relacionar conceptos.

– Aumenta la velocidad de procesamiento, pensamos más deprisa, anticipamos, etc.

– La activación fisiológica nos dota de más recursos.

– Nuestra conducta es más ágil, más rápida.

MANIFESTACIONES

Los síntomas que manifiestan los estudiantes con este problema es muy variada:

– Respuestas cognitivas, tales como preocupación excesiva sobre su actuación y las consecuencias de una mala ejecución, comparación con el resto de los compañeros, pensamientos de autocrítica, falta de concentración, etc.

– Respuestas fisiológicas: molestias gástricas, náuseas, vómitos, diarrea, dificultad para conciliar el sueño, cefaleas, tensión muscular, temblores, respiración rápida y superficial, etc.

Estos síntomas tienden a incrementarse a medida que se aproxima el examen.

PROBLEMA ACADÉMICO

La ansiedad puede disminuir el rendimiento por varias vías, como son:

(1) los estudiantes más ansiosos pueden evitar la situación de estudio, para disminuir el malestar que les produce la ansiedad.

(2) los estudiantes con más ansiedad pueden haber desarrollado peores hábitos de estudio, en cuanto a tiempo de estudio, estructuración de la información, etc.

(3) durante la situación de examen la ansiedad puede generar muchos pensamientos negativos que interfieren sobre la atención.

(4) la ansiedad puede afectar a la memoria, disminuyendo el número de palabras que se recuerdan o usan, de manera que no se puede recuperar algunas informaciones almacenadas.

(5) la ansiedad puede dificultar tareas de pensamiento como la toma de decisiones, o la solución de problemas, creando así dificultades para actuar correctamente en la situación que provoca el estrés.

Valorar de manera exagerada la amenaza que puede acarrear una determinada situación de examen nos lleva a reaccionar con demasiada ansiedad ante dicho examen, lo que puede provocar un mal rendimiento y, paradójicamente, un incremento de la ansiedad ante dicha situación.

Tener un elevado nivel de ansiedad asusta a muchas personas, lo que puede provocar más ansiedad. En cambio, una valoración de la situación de examen como un desafío, puede ayudarnos a manejar la ansiedad. La reestructuración cognitiva debe ir encaminada a producir una reinterpretación de la situación de examen: desde la amenaza al desafío. Hay que tener en cuenta que una persona puede tener buenos recursos y no valorarlos como tales. Por lo tanto, no sólo hay que mejorar los recursos de afrontamiento, sino también su percepción o valoración.

El tipo de atribuciones que realizan las personas está relacionado con su nivel de ansiedad.  Los sujetos con alta ansiedad ante los exámenes, cuando aprueban, hacen atribuciones externas (“aprobar no depende de uno mismo”), temporales (“esta vez he aprobado”) e incontrolables (“he tenido suerte”); en cambio, hacen atribuciones internas, permanentes e incontrolables cuando suspenden. Es decir, tienden a pensar «este examen era muy fácil», si han aprobado; pero pensarán «soy tonto», si suspenden. Por el contrario, un sujeto con baja ansiedad ante los exámenes tiende a hacer atribuciones internas tanto para el éxito como para el fracaso, si bien en el primer caso (cuando aprueba) las atribuciones son también permanentes y controlables, mientras que en el segundo caso (cuando suspende) serán controlables y temporales (esta vez).

Las diferencias de estilo atribucional entre estos dos tipos de individuos van a ser responsables de la diferente experiencia que van a ir acumulando unos y otros. Así, los sujetos con baja ansiedad ante los exámenes, por su estilo atribucional pueden ir acumulando cada vez más seguridad ante la tarea de hacer exámenes; mientras que el estilo atribucional observado en los sujetos con alta ansiedad ante los exámenes les puede llevar a sentirse cada vez más ansiosos ante las situaciones de evaluación.

Existen técnicas de reducción de ansiedad ante los exámenes que han demostrado su eficacia para mejorar el rendimiento. Por lo que, si consideras que es tu caso, ponte en manos de un profesional para mejorar tu rendimiento académico.

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